top of page

Ella creía que  el infierno es un lugar no tan oscuro, sino más bien con muchas luces y no solo rojas, sino de otros colores que no denotan el cliché de ese lugar donde van las almas rotas y despiadadas, ese lugar que es la antítesis del cielo o del paraíso, porque el infierno también es un  paraíso, depende para quien, pero con que gusto se juzgan a esas almas que al infierno van a en  autopista y al cielo en escalera mecánica?, ella ya no quería caminar ni escalar, solo buscaba la comodidad, ni siquiera tuvo el atrevimiento de perseguí el deseo, espero a  que el deseo venga a ella, que les toque la puerta y le diga: "Hola, yo soy el deseo, deseabas esto u otra cosa?" así son  las almas, las almas de los hombres impunes que buscan escapar de ellos mismos, porque se sienten despreciables, porque una resaca les volea la cabeza, porque un amor los destruyo, porque la soledad los agarra del cuello y no saben qué hacer, porque la vida les pega patadas en el pecho y se revuelcan en el suelo, ella también se sintió así, humillada con ella misma, decepcionada y con terror de abandono, pero todos la pasamos mal, nadie esta absuelto ni exento, pensó y luego lo escribió y después nunca recordó donde lo dejo; también en ese mismo lugar pensó que podía ser invisible un momento, ser nadie por un rato o para siempre, porque pensar fue, nadie quiere ser uno mismo grito y los escupió en una pared y nadie quiere ser otro tampoco, porque, tal vez no  está a la altura o se pasa de altura, porque se juzga, porque se anhelan comportamientos, porque se esperan reacciones, porque busca un abrazo, una mano que acariciar, un labio que besar, una oreja que mojar, una entrepierna que calentar. Una vez dijo que un hombre murió por odiarse a sí mismo y el cuerpo se rebeló contra él, su alma divaga porque no quiere ser nadie y no sabe si va al cielo o al infierno, pero está ahí, esperando, ella creyó que está ahí aguardando ser rescatado, porque todos esperamos algo o alguien, pero nadie sabe que espera, rebotando palabras verborragicamente contra su espejo aberrante y con tono furioso, los ojos repletos en lágrimas, el rímel corrido, su boca torcida y sus pómulos enrojecidos, sus pezones rozando la fila tela de la remera que usaba para dormir, provocándole un leve y excitante ardor, se preguntó bajito: sabemos lo que esperamos? Y en su respuesta interior hilvano finamente la reflexión de que las historias son adicciones para compenetrarse y comerse el personaje, para salir un rato, ser invisible y finalmente grito a viva voz:” al final todos la pasamos mal”

 

Al final todos la pasamos mal

© 2023 by WRITERS INC. Proudly created with Wix.com

  • facebook-square
  • Twitter Square
bottom of page