
Fume, contuve el humor y salí a la calle un poco desconcertado mirando la muchedumbre, destacando mi arrogancia con mis ojos pequeños y colorados, caminado con un rumbo que parecía deformar el verdadero camino sintiendo la grasa del aire, el sonido de los autos, los colectivos y la gente amontonada por subir como si fuesen vagas que entran por la manga al camión derecho al frigorífico, algunos niños llorando, otros lamiendo chocolate, los carteles de ofertas que parecen capciosas, el ruido de las puertas , la mujeres hermosas, el restos de las mujeres, los hombres hermosos y el resto de los hombres que algunos miran y otros no, los taxis amarillos esquivando conos, el ruido de alguna ambulancia o un patrullero, nunca supe distinguirlos, los perros que ladran y van con la lengua afuera detrás de una perra que va a disponer de aquel que cumpla con su target, muy similar a los humanos, a nosotros, los monógamos aburridos; el olor a cigarrillo, el olor del praliné, el de la panadería, el de algún quiosco que están calentando algún sandguich, mis ojos ven la voracidad de esos edificios que algunos son viejos, otros más nuevos que apenas superan como yo los primeros o últimos 30 años, los nuevos que son ordinarios hasta arquitectónicamente , las escasísimas casas escondida entre estas bestias observadoras sin una defensa más que un papel millonario y un millón de buitres esperando o por demoler y construir otra cosas ordinara, el sonido incesante de las personas que hablan con esa extensión de nuestro cuerpo y que sin ellos no somos nada, nos sentimos desnudos, desconectados, tristes, desesperados y un montón de sentimientos , si eso, no somos nada sin eso; toda esa vorágine de las fuentes de agua, los antiguas fachadas con luces y estoy cayendo en ese abismo profundo, porque desde la cornisa me veo, me veo cómo voy cayendo a eso, pero nadie me ve, nadie mira hacia arriba en este mundo automático, que está dormido y manipulado, pero no hago nada, solo me veo caer; vuelvo a fumar y contengo ese humo denso, esta vez la seca es más larga y me hace picar la garganta, pero no quiero llamar la atención, pero tengo motivos inexplicables que no logro entender, pero lo siento y son esos que me van hacer las cosas como las hice mil veces, solo que esta es la última y para recordar lo que era y lo que fue y lo que no va hacer después que de mi paso adelante.