
En plena oscuridad, dio un paso hacia adelante y encendió la luz, se vio frente al espejo y lanzo un grito sordo como un gemido oculto al ver su cara deforme y borroneada, pensó que aquel reflejo no era suyo, o tal vez era lo que no quería ver, parecía un baño por los azulejos blancos y verdes, delimitados por una línea negra, apago la luz y dio dos pasos hacia atrás con los ojos cerrados, los abre y se encontró en un salón de baile donde sonaba una banda que tocaba Charleston muy fuerte, se tapó sus oídos, apretó sus ojos y mordió sus labios con fuerza, como esperando que acabe, cuando la música va desapareciendo y todo lentamente se oscurece, una luz tenue enfoca a una mujer de pelo negro detrás de un vidrio empañado, con poca claridad intenta acercarse a ver esa mujer que le recordaba a una mujer de su vida y a su paso agarro una copa con un líquido azul, no dudo en tomar un trago largo que acentuaba su sed y todo se comenzó a mover y no había nada para aferrarse, todo temblaba como el asfalto en verano a los lejos, la mujer desapareció cuando ya estaba a pocos metros, fue su paisaje más soñado, volvió a cerrar los ojos por ese temblor y se encontró en una azotea pero con un edificio hacia arriba, ahí pensó que debía desearse una muerte elegante, el mundo estaba al revés y eso causo felicidad porque por fin se había desprendido del estigma de la verdad, dela verdad como metáfora, porque eso es lo que es y ahora la mentira podía ser mejor, pero cuando fue peor, se preguntó e intento trepar el edificio que estaba sobre la azotea, pero era inútil, estaba cubierto de látex, sus manos parecían fuertes y las mantenía cerradas, porque no quería verlas vacías al abrirla, deseo un trago más de ese líquido azul, la sed lo consumía; en un intento desaforado comenzó a correr, pero sucumbió rápidamente a un vacío sin fin, no emitió sonido y vio pasar a la mujer que había visto detrás del vidrio empañado, pero más confusa aun, pero con una certeza carente de argumento, más bien un instinto, sabía que era ella, quiso acercarse porque pareció suspenderse y siguió cayendo, cerro sus brazos, como un abrazo propio y giro a la derecha y un nuevo minuto había pasado y en movimiento sórdido acaricio a la mujer, sintió su mano recorriendo el cuerpo llano, hablándole cosas sin sentido y ella tan accesible como nunca antes, acariciándola hasta el placer y jugando , conversando de enfermedades con cierta preocupación, pero la risa reinaba, se sintió en plenitud, pero el placer no llego, sonó el despertador a las 7:15
Drake Ramoray