
Consistía en que la vida era una ecuación lógica, una coherencia hilada de sentido
común, una consecuencia exacta de los actos, indiferentes de ser buenos o malos
actos, era un libro perfectamente escrito, con los puntos, las comas, las pausas donde
Debían estar, etimológicamente infalibles; pero juro y se perjuro decirle a Dios que
quería cumplir todo en esta vida, que rechazaba rotundamente, después de morir,
seguir otra vida, porque no quería volver nunca más a este mundo.
Cuando concertó una reunión con Dios, después esperar casi la vida, conversaron de
su situación, al que el hombre se atrevió a llamarla "calvario” a la vida, Dios le revelo
algunos secretos que no entendió, pero opto no preguntar para no pasar por
ignorante, ya que su alturismo no se lo permitía; después de una larga charla, Dios
ordeno imperativamente que volvería en otra vida, porque había algunas cosas que no
había visto, dada su condición de erudito; el hombre rechazo la petición acusándola
de irrisoria y especulativa, además fue capaz de sugerir la elección al azar de un
individuo de este enorme cosmos, lo cual capto la atención de Dios, pero la atención fue
la siguiente: ¿como es posible que un hombre como vos utilice la palabra "azar"? ¿Que es
el azar?
El hombre se sintió intimidado al escucharlo y pensó en la "especulación" y sus
derivados infinitos, pero no los recordó, ni siquiera ahondo el concepto, solo lo pensó
y nada mas, la divinidad que emanaba aquel que tenia al frente, lo eclipsaba, tal vez
lo acobardaba, se fue furioso.
Algunos días después, vio pasar a Dios frente a su casa, que remolcaba en su espalda
una enorme mochila, tal vez de su propio tamaño y el rostro sangrante, no lo miro, no
pudo hacerlo, siguió sentado bajo la parra en su sillón de bronce y Dios siguió caminando
mirando hacia abajo, con ojos cansados y este hombre contaba las monedas,
que eran los días de vida que le quedaban, ofrecidas por aquel hombre que vivía
limpiándose sus manos.
Drake Ramoray