
Aquellas torres de fuego le recordaron cuando estuvo en el infierno purgando en demasía sus pecados que inocentemente había consumado para salvar a otro, pues esa habitualidad lo construyo en un alma sumamente obsesiva para la destrucción, acentuó al piro maníaco que llevaba consigo; fue entonces cuando los sonidos abrasivos y el desmán lo despertaron, rasqueteo un poco y se levantó, se sacudió los harapos que llevaba puesto, los cuales considero de propia impertinencia y también le colgaban unos perendengues que sus amigos había dejado de recuerdo, esa intención nunca la recordó y se arrancó todo lo que su cuerpo contenía y se desconoció, no creyó que ese fuese el suyo; a medida que caminaba lentamente la tierra se le iba cayendo e intentaba articular palabras, pero solo eran balbuceos graves, su maxilar estaba descolocado y sus dientes afilados, cuando un momento de lucidez lo sorprende en plena noche oscura y con sirenas mudas, le surgió una profunda admiración a la situación que presenciaba, había un caos enorme y eso engendro un panorama espectacular por el reencuentro con ellos mismos, que estaban desgarrados del susto y de tanto gritar al vacío, como si el tiempo hubiese entrado en una pausa o fuesen movimientos extrañamente rápidos a velocidades luz y así fue durante toda la noche, porque los problemas amanecen de noche. En un intento desvanecido de comunicación, porque esos balbuceos además de ser aterradores no significaban nada, se vio en soledad, suspendido, en un encuentro con la nada misma; aunque el fuego seguía ardiendo y el silencio no mermaba, los reencuentros solo generaban rechazo y vandalismo, algunos decidieron irse al verse tan distintos, otros versaban canciones de amor como podían y otros en silencio seguían des construyendo, era una revolución sin dictadura, un amor no correspondido, un galán sin flor, una luna sin estrellas y antes que el sol aparezca del este, como un ocaso se fueron sin despedirse con el mismo destino pero en caminos diferentes, a la nada…a la nada misma.
Drake Ramoray